Durante esta primera mitad de 2020, continúo implantando en la empresa medidas de seguridad. Para desempeñar tal tarea, sigo una hoja de ruta que se trazó durante los días 27 y 28 de noviembre de 2019, tras una formación que realicé en Sevilla.
Este curso fue impartido por la empresa Microsa, experta en Soluciones y Servicios Informáticos desde 1982. Su principal objetivo ha sido el de ofrecer un servicio integral a sus clientes, unido a las más modernas tecnologías y equipos disponibles en cada momento. Además, esta empresa da mantenimiento a un parque informático de miles de ordenadores, de empresas internacionales, nacionales, administración pública nacional, autonómica y local y miles de empresas de todos los sectores y tamaños (industrial, farmacéutico, financiero, sanitario, etc.) distribuidas por toda la geografía nacional, con especial foco en Andalucía.
Sin duda alguna, una de los activos más importantes de una empresa son sus Sistemas Informáticos y la disponibilidad, integridad y confidencialidad de la información que contienes. Su falta de disponibilidad por cualquier motivo (accidentes, errores humanos, virus/malware, intrusiones o ataques de hackers) tiene una incidencia significativa en las operaciones del negocio y en la atención a los clientes. Toda organización debe protegerse de ataques externos e internos y debe tener en todo momento un control de todo el tráfico desde y hacia Internet.
Aunque la seguridad total es imposible, se puede controlar un conjunto de vulnerabilidades y no sólo prevenir ataques sino ser capaces de detectar y responder a los mismos.
En definitiva, un sistema informático debe contar con un grado de seguridad suficiente que garantice la continuidad del negocio que sustenta. Se debe auditar antes de su puesta en producción y una vez que está operativo, para evaluar las desviaciones de seguridad. En caso de encontrar una brecha de seguridad, taparla, o implementar los distintos mecanismos para su erradicación.
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